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Admito que ya no te pienso como antes.
Admito que me cansé de esperar un milagro
uno que yo mismo pedí que nunca sucediera.
Y es que he de confesar que no es fácil sacarte de mi mente.
Estaba tan acostumbrado a verte a diario que olvidé y pasé por alto muchas cosas al recordarte.
Se me olvidaron tus ausencias y tus retrasos.
Tus olvidos, nuestros desencuentros.
Trato de olvidarte, dejarte en el tintero por un rato.
De progresar, pero ya no de buscar a alguien más... tengo demasiados problemas conmigo como para arruinarle la vida a alguien más.
Te veo día a día ahí, con la posibilidad de hablarte, pero sé que no valdría la pena.
Que no soy quien me gustaría ser.
Y que no eres más quien yo recuerdo.
Así que como digo, ya no te pienso igual.
Decidí que eso que hacía inconscientemente de pasar por alto las cosas era lo mejor, porque así podría quedarme con el mejor recuerdo para poder seguir... como quitarle las orillas a un sandwich.
Es asi porque no es fácil: de repente abres los ojos y ves que hay muchas cosas malas allá afuera, muchas cosas que no te gustan, quieres hacer algo por un cambio y te das cuenta lo pequeño que eres a comparación.
Por eso me quede con ese recuerdo tuyo editado, modeado y fixeado por mi mente, por la extraña percepción que tengo de los recuerdos que me he permitido retener, esa sensación de que contigo me esforzaba de más para poderlo todo y a cambio estabas ahí.
Como si tratara de reeducarme a que todo tiene una consecuencia. Como si al dar lo mejor de mi, también obtuviera lo mejor del mundo, al menos asi siento que pasaba (eres la mejor recompensa del mundo ^w^). Porque necesito creer eso, que hay un motivo, que hay una meta y una causa, que todo tiene un propósito y la última vez que creí de verdad eso fué cuando estaba contigo.
Ya no te pienso como antes... pero ahora más que nunca, pensar en ti (a mi modo claro está >: 3 ) es lo único que me mantiene a flote. Gracias enana.
