jueves, 2 de septiembre de 2010

En los brazos de un ángel.

A veces solo olvidamos cosas por pura sanidad, o lo que es peor, solo recordamos las cosas malas que nos pasan, solo lo mierda, porque a veces es mejor recordar a una persona asi. Porque si no lo hiciéramos, si nos dejáramos caer a los brazos de ese ángel otra vez, lo más seguro es que ya no estuviera ahí, lo más seguro es que solo cayéramos al fondo sin escalas.

¿Pero que hay de esos momentos llenos de chingonería? No porque los excluyamos ya no existen, no porque los ignoremos significa que nunca pasaron. Ahí están, en mi caso, abriendo un cuaderno, viendo una foto, bueno, que ni siquiera mis mismas palabras en este blog me han causado tanta nostalgia como ver un garabato en un cuaderno, que a la mera hora, decidí no tirar. Soy una perra melancólica y nostálgica jajajaja!!! :3

Me sentí bien, algo extraño la verdad: no me pasó como otras veces que recuerdo algo y no me reconozco. Hoy, aunque estaba molesto por su mera existencia en mi vida, al leer un ensayo donde la menciono como lo mejor que me pudo haber pasado en ese periodo en la escuela, no pude más que sonreir sinceramente. Luego un dibujito, una notita que decía te quiero (tan temerosa como un gato caminando en una barda electrificada en lo que se va la luz n_n), un dibujito que según era yo, letreritos acerca de lo aburrido que estaba la clase y lo emocionados que estabamos por ir a sacar dinero al banco... simple... simple y limpio, si me permiten la referencia.

Por un momento me olvidé de los abusos, del significado de las cruces en mis manos, del motivo de la herida de mi pecho y de otras cosas que me recuerdan lo mal que la he pasado pensando en ella, lo olvidé, y solo pude envidiar a ese Fifo más joven, optimista, teletubi, retrasado, pasivo, pero feliz, feliz con tan poco que podría construir un castillo con solo una cubeta de arena, o por lo menos jurar que es posible, porque lo necio jamás se me quitará jajajaja : )

Mañana, solo por darle un gusto a ese niño dormido, la abrazaré como hace mucho no lo hago: de manera sincera. Porque los momentos felices deberían pesar más que los tristes, porque más vale un segundo de tener lo que quieres y perderlo, que una vida anhelandolo en un aparador. Porque vale la pena luchar por cualquier sueño que se tenga, por eso, y porque las cosas chidas valgan la pena que se tenga que sufrir.

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