martes, 24 de septiembre de 2013

PLOT TWIST!

Decía un amigo recientemente:

"Debemos recordar que somos muy frágiles"

Y en varios sentidos tenía razón...

Como ya lo he dicho, me siento en este momento en el disco dos de un jrpg, como en un nivel 30 de 100 posibles: estoy realizando sueños, cumpliendo expectativas, siendo exigido, etc. muchas cosas que tienen que ver con esa analogía.

Pero algo que no preví, es esas cosas que llaman "game changers". Obvio, no es fácil adaptarse, pero esto fué, digamos... un poco más crítico.

Antes de salir de casa mi prima llevó a la Piyu, pero esta vez había un giro que no esperaba, ese plot twist maldito que tratas de eludir siempre.

Mi sobrina tiene un tumor en su cabecita.

No es de esas cosas que puedas esquivar, ni de las que quieras hablar. De hecho llevo todo el díapensando en eso porque no ha habido trabajo.

Sigo diciendome que no es tan grave, los médicos dicen que puede que se deshaga con medicamentos, y a final de cuentas si se lo sacan, creo no es tan peligrosa la operación... he de admitir que no he buscado nada al respecto por miedo, pero no debe ser tan difícil.

Pero las diferentes variables que alcanzo a ver son... como poco... castrosas. No es algo que se mereciera la niña, aunque supongo que eso es algo que siempre se dice, no deja de ser cierto.

Sé que si lo comentara con cualquiera tendría su apoyo absoluto, pero no se trata de eso. No quiero escuchar la misma mierda que yo diría, y como día 1, tampoco estoy muy abierto a escuchar las cosas que mis más allegados podrían decir si se pusieran en la mejor de sus facetas.

Porque de cierta manera sé que todo va a estar bien, lo poco que leí en lo que escribía esto me ha tranquilizado un rato, "no debe ser tan grave" me lo digo y me lo creo, porque de hecho, no es tan grave con la medicina moderna.

Si alguien llegara a leer esto, agradezco sus acercamientos, aunque no lo parezca jeje, insisto, no quiero tocar el tema con otras personas, es quizás por un afán de minimizarlo... lo cual siempre es lo que se debe de hacer con un tumor, al menos clinicamente jeje.

Sé que en estos momentos debo de permanecer fuerte para mi familia y para mi niña, de cierta manera contener los chistes y cosas así, ese humor negro me va acostar caro un día, jeje. Y no quiero emular fortaleza, quiero realmente sentirme fuerte para ser su apoyo, y sé que podría valerme de los demás para ello... pero hoy no, hoy debo encontrar la fuerza que me hace falta por mi mismo.

Si la niña tiene que tomar medicamento de por vida... meh, todos en la familia lo hacemos. Si todo lo que nos ha pasado no nos ha impedido llevar una buena vida, no veo como podría impedírselo a ella.

NADA
OPACARÁ
LA SONRISA
DE MI NIÑA!


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Capitulo 2

Conocí a Marie cuando estaba en segundo de prepa, ella era una de las estudiantes de uno de los colegios más destacados de la ciudad, y yo, en escuela pública. No era tan malo,  simplemente, no son muy comparables que digamos.

En ese entonces había toda una serie de manifestaciones en contra del gobierno. Como jóvenes, era común que estuviéramos ahí, yo, por ligar, ella, porque de verdad creía en la causa.

Me acerqué a ella como uno más de lo que se le acercaba.  Werita, guapa, con los ojos más hermosos que haya visto y aunque yo suponía que jamás tendría una oportunidad con ella, me acerqué, atraído como por magia.

Después de esquivar como a 5 tipos y armado más de adrenalina que de valor, empecé a hablarle de la nada, preguntándole donde estudiaba o con que comité venía, eran preguntas normales en esa situación, pero no se me ocurría nada mejor para romper el hielo, además de que no era el único hablándole.

Sin que me pelara procedí a retirarme cuando vi una cartera tirada, la recogí y me regresé a donde estaban mis demás amigos. Cual sería mi sorpresa al revisar y ver que era la de Marie. Me volví sobre mis pasos para intentar regresársela  y no la pude encontrar.

Mis amigos decidieron dejar el lugar, y yo, aunque reacio, los seguí. Algo comenté en la comida acerca de la cartera y la chica y de inmediato me convertí en el héroe/burla de todos, ya que al ver la foto todos quedaban maravillados de que una muchacha así estuviera en un lugar como ese. Heroe por encontrar la cartera, burla por no haberla podido devolver.

En la cartera estaba su credencial de la escuela, así que un miércoles cualquiera decidí ir a devolvérsela.  Para mi suerte, a medio camino, empezó a llover como cuando Noé, pero ya encaminado no quise regresarme.

Aún no sé porque lo hice, replanteo todo en mi cabeza y las probabilidades de verla eran prácticamente nulas.  Así que ahí estaba, en la puerta de su colegio, esperando bajo la lluvia con su cartera en la mano, pensando en los pendientes que tenía yo en mi propia escuela.

Esperaba que saliera del brazo de algún gorila o con una comitiva de amigas “arpías” como esas chicas suelen tener. Pero no, ahí estaba con una sudadera azul, saliendo tratando de taparse de la lluvia para llegar a un coche.

La alcancé y le hablaba para llamar su atención pero no me oía, la tomé por el brazo para que me pusiera atención y… cuando me dí cuenta estaba tirado en el suelo. Ella me había volteado por completo con una llave de judo, esa chica, tan finita y delicada en apariencia ¡me había derribado!

No podía parar de reir en el suelo mientras ella a un lado mío de rodillas me pedía perdón (con ese acento tan chistoso como de turista que tenía en ese entonces), porque se dio cuenta que llevaba su cartera en la mano.

Le dije que había ido a devolvérsela pero que jamás esperé ser lanzado por los aires. Eso la hizo reir, como tantas veces lo oí después ante mis tonterías. Me dio un papelito con su correo mientras me daba un beso en la mejilla.

-M..mi nombre es Mateo
-Soy Marie, mucho gusto Mateo, ese es mi correo, muchas gracias.

Me regresé en las nubes… tanto, que casi pierdo el papelito. A partir de ahí empezamos a platicar, luego a salir, aunque ella era un año mayor que yo y se iría a la universidad al terminar el año, decidimos formalizar, así que incluso un tiempo fui un chico de prepa que anda con una chava de universidad, la más seria de todas, al menos con los demás.

Gracias a las pláticas con ella me hice de una opinión en muchas cosas y gracias a eso decidí estudiar periodismo, porque siempre me ha gustado llegar hasta la fuente de un asunto, es algo como detectivesco. Y aunque nuestras carreras eran tan dispares, yo le informaba de avances y ella me informaba de casos o artículos interesantes para poder redactar.

Cuando terminamos nuestras carreras decidí proponerle matrimonio, jamás olvidaré su respuesta:

“Ya era la maldita hora!!!”

Hace tiempo me sentó, me dijo que no había nada malo, pero que ella estaba un poco asustada por lo que se venía. Me levanté y la abracé, le dije que todo iba a estar bien, que ya nos habíamos sobrepuesto a todo, que un reto más no importaba, pero que preferentemente fuera niño, aunque una niña sería mejor.


Todo estaría bien! De no ser por mi estúpida curiosidad por lo que dijo el viejo del taxi… de no ser por eso, Marie aún estaría aquí.

Capítulo 1

Nunca tuve la paciencia para escuchar a mis mayores, al menos no respecto a espectros y otros aparecidos. Me gustaba creer que más que espíritus perdidos, se trataba de saltos dimensionales individuales, conscientes o no.

Sé que suena más extraño que las ideas clásicas, pero de cierta manera es más reconfortante que pensar que alguien malintencionado puede quedarse en esta tierra a seguir atormentando a los demás, o que aquellos que sufren también permanecen para seguirlo haciendo.
Hubo una noche en que comprendí que ambas concepciones tenían razón,  pero lo que perdí para darme cuenta fue más de lo que hubiese querido… definitivamente podría haber vivido con esa duda.

Era una noche de finales de septiembre, de esas que suelen tener ya todo el clima de otoño en un solo momento: el viento, la lluvia ligera, las hojas de los árboles cayendo tapizando el camino que mi esposa y yo cruzábamos. Íbamos por un parque rumbo a casa, uno que conocíamos al dedillo puesto que varias de nuestras citas y salidas como estudiantes terminaban ahí por la falta de recursos.

Ya hacía años de eso, pero internamente, adoraba pasar ese parque para recordar la inocencia de esos días, días en que no nos preocupaba de cual color comprar la ropita o donde íbamos a meter todos los muebles que estábamos adquiriendo para nuestro retoño. Ambas circunstancias eran disfrutables, pero digamos que con un sueldo de reportero no puedes  darte los lujos que quisieras.

Seguido teníamos discusiones en cuanto a eso, al dinero. Ella insistía en pedirle ayuda a sus padres, señores inversionistas americanos, acostumbrados a cierto nivel de vida… hígados, insufribles, fascistas. Jamás soportaron que su princesa, graduada de la más cara escuela en medicina, terminara con un reportero de un diario online cualquiera.

Esa tarde no habíamos discutido, por un momento creí que todo estaba saliendo bien, que las noches de rodar en la cama habían acabado. Nos acercábamos a un hospital a la salida del parque, nada en particular, solo era el mejor lugar y el más iluminado para tomar el transporte a esas horas de la noche. Mi mujer se empeñaba en resaltar lo rica que había estado la cena, cuando lo oímos.

Era un sonido extraño, como la estática de la radio o el show de la nieve en la tele a las 3 de la mañana. ¿Raro? Sin duda, pero provenía de los árboles frente a nosotros,  no era algo que pudiésemos esquivar. Sonido de pasos, acercándose, como si dos pasos se dieran bien y luego  arrastraran un pie.

Y fue cuando la vimos. De primera impresión hubiera jurado que flotaba, pero aun escuchaba sus pasos. Era una figura delgada de mujer, vestida de blanco pero con un sweater cubriéndola, de cierta manera me recordaba a una enfermera. Su oscuro cabello le cubría el rostro casi en su totalidad y lo poco de su rostro que se distinguía de su encorvada figura no lucía muy bien, demasiado pálida.

Cuando levantó el rosto pudimos ver como llevaba las manos en su vientre y debajo de ellos había una gran mancha rojiza que bajaba hasta su entrepierna. Caminó hacia nosotros tambaleándose, como ansiosa y fue cuando preguntó:

“where is my baby?”

Mi esposa, soltándome del brazo acudió a su auxilio, pero al momento de intentar servirle de apoyo, era como si la traspasara, como si no pudiera tocarla. La aparición avanzó hacia mi mientras preguntaba una y otra vez por su bebé. Yo daba pasos hacia atrás en desesperación porque no comprendía lo que sucedía, a la fecha aún no lo hago  por completo.

Instintivamente me cubrí con mis brazos apretando mis parpados lo más posible para no ver nada y solo sentí como una brisa ligera cubría mi cuerpo.  Abrí los ojos y había desaparecido aquella chica. Mi pareja, más atenta a protegerme que a su propio espanto corrió a abrazarme mientras intentaba recapitular lo que habíamos visto.

Caminamos a tomar el transporte intentando calmarnos. La calle, vacía, no daba pie a que alguien más hubiera visto lo que nosotros vimos. Cuando un taxi finalmente pasó no podíamos aguantar más y rompimos en llanto tratando de aclarar nuestras ideas.


Quizás… si solo lo hubiéramos ignorado… Marie seguiría aquí.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Liberando un poco de lo que piensa mi alma.

Las cosas han cambiado, no solo desde la última vez que escribí, sino digamos que en general.
Mi manera de afrontar las cosas, mi manera de verlas.

Como si de alguna manera la predicción de Diana se hubiese cumplido, en los aspectos que al menos me interesaban (que bueno que lo de ella no se cumplió, hubiese sido muy problemático jejeje) en el hombre en el que me iba a convertir a partir del niño que ambos conocimos.

Como si de alguna manera... saben que no me gusta creer en el destino, pero como si de alguna manera hubiese estado predestinado, como si por lo mismo ella hubiese podido "asomarse" y tener un vistazo de eso.

Aunque de hecho el único que considera que lo he logrado soy yo. Me veré más práctico. En algún momento esa vieja me dijo que me estaba convirtiendo el alguien muy chingón, alguien que yo quería ser, en el aspecto de que yo no quiero buscar a nadie, pero aprecio mucho que la gente lo haga.

Que iba a ser alguien a quien sus amigos, cercanos o recientes, apreciaran lo suficinete como para sacrificar parte de ellos, pero que eso no iba a influir en el hecho de que donde me parara fuera recibido con una sonrisa.

Que iba a llegar a ser odioso para mi el hecho de que la gente me pidiera consejo y yo no pudiese pedírselo a nadie. Que mi meta de poder marcar la vida de las personas iba a ser un poquito más que completada, y que la humildad, me vendría en jamás admitir nada de esto.

No lo admito, pero lo veo de repente, como con los esbozos de madurez que de repente tengo, también acepto al mundo, al cual yo siempre negué y le dí la espalda, y es cuando ese mundo me abraza. Me siento en estos momentos en extremo  afortunado (y eso que ando enfermo jeje), en función de algo que tengo un rato pensando.

Que si mi niño viera en quien me he convertido, sonreiría, en que me pondría a jugar con el gordito, en que puedo entender cada cambio que ha pasado, al menos de los bruscos y por lo mismo solo podría ver a ese niño como la persona más fuerte, optimista y quizás bruta de este mundo, jaja, eso además del potencial tan enorme.


Y es que quizás, después de soñar tanto, de vagar, encontré la respuesta a "¿cuál es mi poder?" y lo más curioso es que me la ha dado mi madre, al menos la versión más contundente:

Puedo ver lo bueno en cualquier cosa, inconscientemente.


Ja, y si no creen que sea un poder, no veo como que otra cosa verlo... ok como que soy muy pendejo, pero realmente eso me ha sacado de muchas cosas, me ha ayudado a ayudar a los demás e incluso me atrevo a decir que le he sacado provecho, es como el poder/maldición que le ponen a Jack Black en amor ciego jejeje.

En fin, sé que no he escrito nada seguido y de hecho ya no pretendo hacerlo, y quizás por eso lo haga jajaja, pero necesitaba escribir esto, como marcar un punto y aparte después de esta comprensión... porque al parecer se vienen buenos capítulos y si no...


ya sabré reescribirlos...