miércoles, 18 de septiembre de 2013

Capitulo 2

Conocí a Marie cuando estaba en segundo de prepa, ella era una de las estudiantes de uno de los colegios más destacados de la ciudad, y yo, en escuela pública. No era tan malo,  simplemente, no son muy comparables que digamos.

En ese entonces había toda una serie de manifestaciones en contra del gobierno. Como jóvenes, era común que estuviéramos ahí, yo, por ligar, ella, porque de verdad creía en la causa.

Me acerqué a ella como uno más de lo que se le acercaba.  Werita, guapa, con los ojos más hermosos que haya visto y aunque yo suponía que jamás tendría una oportunidad con ella, me acerqué, atraído como por magia.

Después de esquivar como a 5 tipos y armado más de adrenalina que de valor, empecé a hablarle de la nada, preguntándole donde estudiaba o con que comité venía, eran preguntas normales en esa situación, pero no se me ocurría nada mejor para romper el hielo, además de que no era el único hablándole.

Sin que me pelara procedí a retirarme cuando vi una cartera tirada, la recogí y me regresé a donde estaban mis demás amigos. Cual sería mi sorpresa al revisar y ver que era la de Marie. Me volví sobre mis pasos para intentar regresársela  y no la pude encontrar.

Mis amigos decidieron dejar el lugar, y yo, aunque reacio, los seguí. Algo comenté en la comida acerca de la cartera y la chica y de inmediato me convertí en el héroe/burla de todos, ya que al ver la foto todos quedaban maravillados de que una muchacha así estuviera en un lugar como ese. Heroe por encontrar la cartera, burla por no haberla podido devolver.

En la cartera estaba su credencial de la escuela, así que un miércoles cualquiera decidí ir a devolvérsela.  Para mi suerte, a medio camino, empezó a llover como cuando Noé, pero ya encaminado no quise regresarme.

Aún no sé porque lo hice, replanteo todo en mi cabeza y las probabilidades de verla eran prácticamente nulas.  Así que ahí estaba, en la puerta de su colegio, esperando bajo la lluvia con su cartera en la mano, pensando en los pendientes que tenía yo en mi propia escuela.

Esperaba que saliera del brazo de algún gorila o con una comitiva de amigas “arpías” como esas chicas suelen tener. Pero no, ahí estaba con una sudadera azul, saliendo tratando de taparse de la lluvia para llegar a un coche.

La alcancé y le hablaba para llamar su atención pero no me oía, la tomé por el brazo para que me pusiera atención y… cuando me dí cuenta estaba tirado en el suelo. Ella me había volteado por completo con una llave de judo, esa chica, tan finita y delicada en apariencia ¡me había derribado!

No podía parar de reir en el suelo mientras ella a un lado mío de rodillas me pedía perdón (con ese acento tan chistoso como de turista que tenía en ese entonces), porque se dio cuenta que llevaba su cartera en la mano.

Le dije que había ido a devolvérsela pero que jamás esperé ser lanzado por los aires. Eso la hizo reir, como tantas veces lo oí después ante mis tonterías. Me dio un papelito con su correo mientras me daba un beso en la mejilla.

-M..mi nombre es Mateo
-Soy Marie, mucho gusto Mateo, ese es mi correo, muchas gracias.

Me regresé en las nubes… tanto, que casi pierdo el papelito. A partir de ahí empezamos a platicar, luego a salir, aunque ella era un año mayor que yo y se iría a la universidad al terminar el año, decidimos formalizar, así que incluso un tiempo fui un chico de prepa que anda con una chava de universidad, la más seria de todas, al menos con los demás.

Gracias a las pláticas con ella me hice de una opinión en muchas cosas y gracias a eso decidí estudiar periodismo, porque siempre me ha gustado llegar hasta la fuente de un asunto, es algo como detectivesco. Y aunque nuestras carreras eran tan dispares, yo le informaba de avances y ella me informaba de casos o artículos interesantes para poder redactar.

Cuando terminamos nuestras carreras decidí proponerle matrimonio, jamás olvidaré su respuesta:

“Ya era la maldita hora!!!”

Hace tiempo me sentó, me dijo que no había nada malo, pero que ella estaba un poco asustada por lo que se venía. Me levanté y la abracé, le dije que todo iba a estar bien, que ya nos habíamos sobrepuesto a todo, que un reto más no importaba, pero que preferentemente fuera niño, aunque una niña sería mejor.


Todo estaría bien! De no ser por mi estúpida curiosidad por lo que dijo el viejo del taxi… de no ser por eso, Marie aún estaría aquí.

2 comentarios:

Unknown dijo...

vale verga ya se quien es marie pero que le dijo al puto taxist, esto es como el manga de algo sale cada semana o k pdo?

Fifo Matienzo dijo...

oye, buena idea, no estaría mal hacer esta mierda cada semana, y como buen manga retrasarlo un mes o luego no sacarlo jajaja.

Lo pensaré seriamente, porque necesito estar como que muy pero muy muy aburrido para ponerme a escribir historias y no posts emo como las otras entradas... insisto, lo pensaré