Y es que... es feo, sentí muy feo la verdad. No quería ni pensar en ello cuando me estaba regresando... y la verdad... si estuve a punto de llorar...
Pero... me acordé de algo... algo que me revivió, me hizo sonreir y que si me hizo llorar, pero de otra forma: recordar una vez en unas escaleras, uno de mis mejores amigos y parte de mi familia, los dos cantando Fix you de Coldplay.
Por lo que lloré fué porque en ese momento dejé de sentirme solo, y me dí cuenta (por enésima vez) que hay gente que no me dejará hundirme... yo sé ue pude haber llegado su casa y todo hubiera estado bien, perfecto de hecho.
Recordé a la gente que me salvó de mi mismo, que me ha sacado a flote cuando peor he estado, que hace que este mundo sea un lugar más divertido para vivir, esa bola de borrachos que hacen que esta realidad y estos momentos en los que te sabes débil, sean de los que más valgan la pena porque nos hacen ver que somos en realidad.
Cada caida no es tropezarse, es una oportunidad para levantarse, y es más esto no es una caida o algo asi. Solamente es una lección, la lección más vieja del libro, una que le he dado a mucha mucha gente y de la que yo mismo soy una paradoja.
NUNCA CONFIES
No hay comentarios:
Publicar un comentario