martes, 21 de junio de 2011

Otra vez lo mismo...

Me encontraba reacio a escribir, nunca me ha gustado tener tanta oscuridad en la cabeza y dejarla salir, y de hecho no lo haré. He parado en un post taringuero de comparaciones entre México y Argentina y al ver una foto del maestro Paz me dí cuenta que solo alimentaba más el grado de aflicción que me aqueja si no lo escribía lo antes posible.

No es que haya descubierto algo que nadie me hubiese advertido, ni siquiera el darme cuenta que tenían razón todos y como siempre, yo no. Pero sinceramente le quise creer, todo aquello de la libertad, de noe estar atado, de poder volar, incluso yo lo creía para mi desde poco antes. Ahora solo puedo pensar en 10,000 conclusiones y ni una sola que me calme.

Incluso no es un dolor como otras veces, es un poco distinto porque de hecho esta vez si puedo sentir en cada fibra de mi ser como he caido no en una mentira, en un juego del que ni siquiera tenía idea y me emperra solo pensar cuantas veces se reía la gente a mis espaldas de lo que decía hacía o creía.

Puedo hoy en día darme cuenta como esas gentes que siempre me han cuidado y nunca he hecho caso tuvieron razón desde la primer advertencia, sin siquiera saber que pasaba, solo confiaron en sus instintos, algo que yo debería hacer menos seguido ya que los míos son rependejotes cuando de estas cosas se trata.

Ahora lo que me tiene un tanto contrariado es lo que me ha llegado a importar. En otras épocas sería suficiente como para refugiarme en el viejo lobo y hacer un poco de desastre... incluso suena divertido. Pero sinceramente no veo esa necesidad,  creo los castigos ya no son tan necesarios de parte de este policía del karma. Por lo menos no en este caso.

Me atrevo a decir que me siento un poco agradecido, dado que gracias a esto me he dado cuenta de básicamente dos cosas: sigo siendo muy iluso,lo cual no es tan malo y de que he dominado por completo a mis reacciones, por lo menos en cuanto a furia y odio se refiere. Solo espero no haber perdido la flama, no sería tan fácil recuperarla sin dejarme llevar.

Y asi bueno, en resumen, que no es fácil dejarse ir, esta vez por lo menos por más que quise e intenté siempre hubo alguien o algo que me detuvo, y aunque al parecer ya controlo al lobo, no dudaría ni por un momento que un día estallara. Solo queda una cosa que decir antes de siquiera tener una oportunidad de arremeter: NO, solo decir NO.

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