Quizás no lo sepa manifestar como las demás personas, porque siempre he sido partidario de festejar la vida, no llorar la muerte. Algunas gentes lo toman a mal. Algunas lo alaban. Simple y sencillamente cada quien tiene diferentes formas de afrontarla.
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No le conocí, ni siquiera recuerdo haber cruzado palabra con el, pero ví a mucha gente acongojada por su partida. Solo recuerdo su nombre: Rubén. Recuerdo que tenía una iBook y una novia muy guapa, y por lo que ví hoy, mucha gente que se preocupaba por el.
Al principio me sentí incomodo con ese hecho, me preguntaba: "¿Como es posible que esta gente que apenas y lo trató se sienta mal por su partida?". Me sentí, frustrado de pensar que la gente fuera así, los sentía hipócritas. Pero ahora medio he entendido que pasa.
Es una vida menos, ni más ni menos importante que las demás, pero a final de cuentas es una vida. Deja atrás a su familia, a su novia, a sus amigos y quizás es lo que me hace sentir más tristeza hacia su caso. Ningún padre debe enterrar a sus hijos. Empiezas a envejecer cuando el primero de tus amigos muere. Cuando tu pareja parte antes de ti, se lleva una parte de tu corazón.
No sé nada de su vida, pero no debió haber sido tan mala, había gente que lo quería, quizás tenía metas más grandes de las que quizás imaginamos, o sueños tan hermosos como tener hijos o más. Y aunque no lo conozca, fuera del tributo de los lobos que hicimos en la tarde como cada que alguien se vá, pienso honrar aunque sea por un tiempo, en lo que no lo olvido, esas posibles metas, esos grandiosos sueños y el amor de su familia.
Su nombre era Rubén, y aunque no le conocí, me ha dejado una leccion: Vivir.
1 comentario:
el balance de las fuerzas... que sabremos de muerte querido fifo....
solo que pasa y ya, a seguir marchando
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