Quiero recordar el rojo...
Ese rojo del que hablo en mis blogs de hace unos años...
Ese rojo sin dolor...
Ese rojo feliz...
Ese rojo corrosivo...
No busco nada más, no ahora, no por lo que me pasa.
Aprendí a perder...otra vez.
En sí lo difícil es CUANDO admitir la derrota.
No sé cuando hundirme...
Pero sé cuando ha sido demasiado... cuando se han reido de mi.
Aullen lobos!... hoy les necesito más que nunca...
porque me sé usado, y quiero olvidar lo que es ser humano...
No encuentro apoyo en mis frases domingueras...
No creo en lo que antes creía...
Ella cambió mi mundo... y la elevé tanto en su pedestal, que el que cayó fuí yo.
Odio admitir que hoy necesite a Battousai...
pero por algo nunca se me ha desprendido...
es ese gramo de fuerza que necesitas en la debilidad...
es esa esperanza de que el mundo está mal...
y NOSOTROS bien...
Puedo sentirlo corriendo en mis venas...
poco a poco aliviando la debilidad...
no es ser débil el ayudar a los demás...
ese ser débil el no saber cuando detenerte...
o cuando abusan de ti...
Como últimas palabras, diré que ella no tuvo la culpa...
la tuve yo, por dejar volar mis alas hacia un rincón equivocado...
nunca dejaré de creer, ni de tener esperanza...
pero ha llegado el mejor en lo que hace...
y lo que hace no es muy agradable...
Hola, amigo Battousai!
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