jueves, 22 de diciembre de 2011

Mi miedo al lobo...

Viendo algunas fotos de tiempos pasados... comienzo a preguntarme si de verdad añoro mi pasado o simplemente he estado huyendo de él....

No es una pregunta tan simple, y vista de otro modo podría tomarse como que en realidad el único que no deja que el lobo regrese fuera yo mismo.

Y es que de hecho es cierto. El lobo, o el batto, como se quiera ver, era en muchas formas una coraza, gracias a la cual pude conocer el mundo desde una perspectiva que si bien me ahorró muchos madrazos, también me privó muchos placeres asociados o no a esos madrazos. 

Por eso, aunque si bien tuve una buena formación emocional, la parte de mi que controla los sentimientos, en especial los afectivos, está ciertamente dañada o mejor dicho, sin usar, a pesar de los años y las andanzas. 

No es echarle la culpa al buen lobo, realmente es culpa mía por no saber cuando usarlo y cuando no, porque si bien, es parte de mi, no era necesario que estuviera todo el tiempo afuera... pero tal era mi miedo hacia el mundo al parecer.

¿He perdido ese miedo? Si, poco a poco. Hay cosas peores que un balazo, eso es seguro, pero al parecer son de las que me falta conocer aún.

Hoy en día, veo atisbos del viejo lobo intentando salir una y otra vez, no es malo, es como liberar presión. Por ejemplo, pensando en mi situación sentimental actual, el buen lobo muchas veces es el que me dice que diga o haga ciertas cosas que si bien, me permitirían salir airoso de una vez y para siempre, obvio solo, pero que me harían también perderme toda esa historia que aún guardo esperanza que se forje. 

Lo veo en su cueva, ya no tan dormido, sino más bien despierto, a petición mía, ya que aunque se volvió parte de mi, aún sigue siendo mi escape, sigue siendo como esa parte del beso borracho no correspondido que justificas de tal manera. Y aunque el último beso borracho que dí, tiene totalmente otra justificación, fué necesario despertar al canino, puesto que la situación como siempre... no me favorece.

Solo que al poner tanto en juego como he querido esta vez, me dió miedo, y al mismo tiempo que lo arraigo, le llamo para que lama mis heridas. Sé que no es justo, y que lo que hago es cobarde, pero... le tengo tanto miedo...

Esperar... a como se desarrolle todo, será angustioso, y más aún si el fin que leí hace tanto es cierto. Pero... si el fin llega mal... el lobo ahí estará... lo cual... lo juro... nunca es bueno...

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